sábado, 31 de agosto de 2013

La Cuarta Postura: Plusvalía sin Populismo

La sociedad enfrenta hoy el mayor desafío de su historia.
La esencia humana, ésa que nos diferencia de las demás especies, está a punto de disgregarse debido a una doctrina social hipócrita y anti natural que repudia lo más valioso que tenemos.
Sin entrar en la discusión sobre si nuestra especie fue creada o fue forjándose, debemos reaccionar a tiempo.
La naturaleza se puso a nuestra disposición. Nos creó para que la desafiemos, para que incentivados nos movilicemos para ganarle, para producir frutos para el progreso, a diferencia de las especies anteriores que sólo vegetaban.
Pero ahora, resulta que esa nueva especie reniega de su particularidad y se asusta de "Crear y acumular excedentes".

Imagino que la Naturaleza estará pensando..."¡Allá ustedes! Les dije que no se comieran el fruto de su capacidad de conocer y decidir".
La demostración de la degradación de nuestra especie es esa increíble proliferación de fundamentalismos temerosos de "molestar" a la naturaleza, como la ecología fanática, la creencia de que los recursos se están acabando, cuestiones éstas que son extrañas al género humano que está sobre el planeta para lo contrario.

Los recursos escasos serán rápidamente reemplazados por otros, cuando vuelvan las GANAS de trabajar.
Las especies animales siempre se fueron extinguiendo y reemplazando pero si se extingue la especie humana, que es la única que se ha desvelado por progresar, si se extinguen las GANAS DE GANAR, todo lo hecho hasta el presente desaparecerá. Volveremos a fojas CERO.

¿CUÁNDO COMENZÓ EL PROBLEMA?
Desde hace docientos años el trabajo comenzó a remunerarse sólo por el costo y no por el precio. Y se armó lío.
Pero la nueva especie, en lugar de luchar por lo suyo, por su individualidad, se auto-flageló con una doctrina colectivista que hizo que el Estado confiscara esa diferencia y la usara para "asistencialismo".
Los líderes tienen que advertir el error y re-funcionalizar esa doctrina adjudicando los excedentes a cada uno.

La consigna hoy debe ser GANANCIAS PARA TODOS, siembra, y cosecharás, como se explica en la "parábola de los talentos".
Tenemos la solución al alcance de nuestras manos pero como la hipocresía es la ley, difícilmente se alcance a ver antes de desaparecer como especie.

Ése es el desafío, alguien tiene que ver la salida o estamos fuera. Alguien debe derribar la doctrina destructiva e instalar la nueva.

Si el personal de una empresa (utilizando el capital de su empleador) hace una silla por día, podría cobrar el doble simplemente decidiendo hacer dos sillas por día, como paso a explicar:

Cualquier empresa que duplica su producción genera ganancias iguales a sus costos fijos, que son la suma de los costos de personal y los costos del capital.

Entonces, esa poderosa decisión del personal de duplicar la producción produciría un efecto casi imperceptible y muy beneficioso para empleador y personal:

El Estado (que recaudará la tercera parte de esas nuevas ganancias), contará al fin del ejercicio con un monto de dinero extra similar al que esa empresa destina a los sueldos.
Y eso porque en la inmensa mayoría de las empresas, los costos del personal son aproximadamente la mitad de los costos del capital.
Es decir que el Estado, al fin del ejercicio podría pagar trece sueldos al personal de esa empresa.

Entonces, la decisión del personal de duplicar la producción le permite duplicar sus sueldos.
Cualquier empresa podría duplicar su producción si se promulgara esta ley de GANANCIAS PARA TODOS, porque la misma ley generaría un mercado que absorbería esa doble producción.

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