jueves, 27 de junio de 2013

La Tercera Vía ya fracasó, pero hay buenas noticias.

Cuando el mundo comenzó a producir en serie sobrevino un desajuste monumental en las relaciones laborales. Antes de eso, si uno producía una silla, le pagaban por una silla. Pero si producía dos sillas le pagaban por dos sillas.
Desde ese momento quedó en evidencia un concepto desconocido: la diferencia importante entre el precio y el costo del trabajo humano.
Los dueños del emprendimiento se apoderaban de la diferencia, cuestión ésta que inició una serie de conflictos sociales semejantes a los que había generado la esclavitud.

Diversos filósofos trataron de resolver el problema y diseñaron una Segunda Postura. Creían que el problema era la propiedad de los medios de producción. Entonces el Estado se hizo cargo de ellos, pero  encontraron que el trabajo humano dejaba de producir los excedentes porque se anulaban las  ganas de trabajar.

Nuevos filósofos estudiaron la cuestión y diseñaron una Tercera Postura que consiste en dejar los excedentes del capital a los dueños del emprendimiento. pero los excedentes de su personal serían administrados por el Estado. Es el populismo que rige hoy en todo el mundo pero las ganas de trabajar no regresaron.

La Cuarta Postura consiste simplemente en dejar los excedentes del capital al dueño del emprendimientio, pero los excedentes del personal adjudicarlos sin más trámite.
Contamos con una gran ventaja: Ese dinero está hoy en el Estado, y se llama Impuesto a las Sociedades. 
  Inmejorable oportunidad. No es difícil virar hacia la sinergia.

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