lunes, 20 de mayo de 2013

Jovenes, lo revolucionario hoy es el individualismo!

Pero no sólo yo soy importante.
También vos y todos los demás individuos.

Cada uno de nosotros es más importante que el colectivo, porque el ser humano ha sido dotado de esa valiosa ilusión de creerse "otro" que el resto del universo para trabajar y producir excedentes que lograron y lograrán el progreso de la humanidad.
El engaño del colectivo lo único que ha logrado es atrasar el proceso 100 años.
Desde hace 100 años nos vienen haciendo creer que el ego es una vergüenza. La hipocresía no nos mueve un centímetro. Nuestro motor es esa ilusión que algún día podremos superar, pero mientras tanto nos hará crecer.
Es nuestro motor. Es lo único que nos diferencia de las demás especies, es la más excelsa creación.

La humanidad ha sido catequizada en la doctrina social vaticana, que es la causa profunda del abatimiento de los esforzados y del envalentonamiento de los indolentes que terminaron gobernando en todos los países.

La degradación de la humanidad en todos sus aspectos obedece a esa inexplicable e hipócrita "repugnancia al ego".
Considera que la responsable de que hoy muera un niño de hambre cada 5 segundos puede ser esa muralla intelectual que alguien ha insertado en tu mente con fines contra-natura.

La ilusión del ego ha permanecido joven y fuerte desde las cavernas y ha sido muy útil. El ser humano no "mejoró" nunca nada .
La "educación" lo único que ha hecho es hacerte avergonzar de ella y ha hecho una metástasis de la hipocresía para disimularla porque eso otorga patente de "bueno".

Pero diseñando un sistema económico social es muy peligroso basarse en mentiras, porque la economía no perdona las mentiras.

Hoy Jesús diría "ustedes todavía no comprenden" pero por favor modifiquen las relaciones laborales porque es la única manera de restaurar las "ganas de trabajar" que es lo que distingue a vuestra especie.

¿Quién contrataría a alguien que no tiene ganas de trabajar y además te detesta? Sólo los héroes.
Sería un milagro que no hubiera desempleo.

Por eso es muy importante que los empleados participen en las ganancias de "su" empresa porque es ahí y no en otra parte donde se evidencia lo que otro estuvo dispuesto a pagar por su trabajo.
Si el Estado confisca una parte de esas ganancias es obviamente la parte del personal.

http://proyectoactitud.com

sábado, 18 de mayo de 2013

Fines de Lucro

Primero voy a definir más precisamente el populismo, o tercera postura, para que no caminemos por un callejón sin salida por discrepancias filosóficas profundas.

La Tercera Postura pretende una sociedad sin fines de lucro, y quiere "mejorar" al ser humano para que acepte integrarse a ella.
La Cuarta Postura es exactamente lo contrario. Quiere que el fruto de las acciones de los asalariados no sea derivado a asistir a quienes no hicieron acción alguna.
Y ello con la excusa de difusos "derechos" que el hombre tendría por el sólo hecho de serlo.

Cualquier asalariado puede demandar a los Estados del mundo por lucro cesante y nosotros podemos ser sus abogados.

Lucro cesante es el daño que se desencadena a partir de la pérdida de una utilidad económica o de una ganancia legítima.

Podemos comprobar la existencia del daño con datos fehacientes.
El impuesto a las Ganancias de las Sociedades es el lucro del personal de esa empresa. Y los Estados, al apoderarse de él les han quitado su principal fuente de felicidad sustentable: las ganas de trabajar.
Cuando trabajar deja de ser conveniente, el resultado inmediato y contundente, es el desempleo.
¿Quién emplearía a alguien sin ganas de trabajar?

Al quitar el lucro y además enorgullecerse de ello, ha obstruido el mayor objetivo de la vida humana poniendo en serio riesgo la existencia de nuestra especie, pero no por desaparición física sino por reducirnos nuevamente a la especie animal original que se mueve por instinto, no por lucro.


Muchos autores han escrito acerca de lo peyorativo de este concepto. Santos López Pelegrín dice que el lucro es siempre excesivo, mientras que la ganancia es lícita al apoyarse en las leyes mercantiles. Asimismo, Roque Barcia dice que éste aparece cuando la utilidad se desvía del camino, se convierte en usurera, egoísta y hasta en muchos casos, cruel; entiende el lucro como un abuso o un delito contra la utilidad.
Los intelectuales neoliberales, en cambio, aseguran que sólo gracias al lucro es posible el desarrollo de una sociedad, ya que siempre que las empresas consigan ganancias, podrán continuar invirtiendo en ese emprendimiento o hacerlo en uno diferente. Agregan que la existencia de la industria moderna y los avances científicos y tecnológicos, se la debemos a este factor imprescindible de la economía. De este modo se apoyan en que el mercado contiene la fuerza para mantener equilibrados los intereses de las personas y las empresas, y por eso es indispensable.

Existen muchas discrepancias en torno a este endiosamiento del mercado y con él, del lucro capitalista; sobre todo se dan en materia de igualdad, ya que la consecuencia fundamental de este sistema es eliminar las clases intermedias y dividir a la sociedad en dos estratos absolutamente opuestos: los ricos y los pobres. En este punto surgen muchas preguntas; la principal de ellas es: si el capitalismo viene a reemplazar el feudalismo, imponiéndose como una forma más ordenada y eficaz de distribuir los bienes en la sociedad, ¿por qué termina llevando a las mismas consecuencias?

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