lunes, 20 de agosto de 2012

Carta Abierta a un Economista

Supongo comprenderás lo valioso que las evaluaciones profesionales como la tuya resultan para mis investigaciones autodidactas, y por eso además de agradecerte, te pido disculpas por mi curiosidad.
Mi objetivo como ingeniero, es encontrar la causa de los problemas de la sociedad, a la que considero naturalmente armónica, contrariamente a todo lo que he leído sobre economía.
Es decir, creo que los problemas sociales responden a errores fáciles de resolver y no a ambiciones que son por el contrario, motores del progreso. Sólo hay que encontrar esos errores en las relaciones de manera que puedan ser fácilmente aceptados por todos los protagonistas de la economía sin mengua de sus propios intereses.

En primer lugar, todo el espectro de sistemas que se han ensayado hasta el presente, se puede sintetizar en una característica esencial, que es su sistema de relaciones laborales. Eso es lo que determina si una sociedad tiende a crecer o a empobrecerse, en cuyo caso obliga a tomar infinidad de "medidas" inadecuadas para tapar el error como por ejemplo las medidas intervencionistas (p. Ej. Inflación, controles de precios, gasto público, regulaciones laborales, déficit fiscal, manipulación de la tasa de interés, etc.).

En ese sentido, la primera postura (no le pongamos nombres si querés je) fue no confiscar sobre los excedentes de las empresas, de manera que el emprendedor dispusiera de la transvalía de su personal, calculada como la diferencia entre lo que éste cuesta y lo que genera, intentando utilizar ese dinero para el progreso de la sociedad.

La segunda postura, luego de los conflictos que ello generaba, eligió confiscar ambas transvalías, la del capital y la del personal involucrados

He analizado profundamente cómo calcular ambas transvalías y así he elaborado un modelo matemático llamado transvalímetro que determina qué parte de los beneficios empresarios proviene del capital y qué parte proviene del personal de la empresa. Como ingeniero he encontrado que los excedentes de cada uno son proporcionales a sus costos, así que imaginarás lo fácil que es saber esa importante partición de los beneficios empresarios.

Ahí es donde encuentro que la tercera postura ha cometido el peor error en la historia de la humanidad, superando a los cometidos por las dos posturas anteriores.
Distorsiona tres conceptos y así se hace comprensible su "modus operandi".
Al mercado lo denomina capitalismo para así diferenciarse de la Primera Postura que no confiscaba sobre los excedentes de las empresas sino sólo sobre patrimonios y consumos.
A la plusvalía la llama "Impuesto a las Ganancias de las Sociedades" para así diferenciarse de la Segunda Postura, que confiscaba tanto los excedentes del empresario como los de su personal.
Esta transmutación de términos determinó relaciones laborales contra natura y eso abatió a los esforzados y envalentonó a los indolentes; y la crisis económica resultante la llevó a cometer el peor de los errores:
A su dictadura estatal populista le llama "solidaridad", obligando a transferir recursos de los esforzados hacia los indolentes, sin causa alguna que lo justifique.
La Tercera Postura no alcanza a entender que la verdadera solidaridad no es necesaria para que un sistema económico social funcione. Sólo hay que asignar los excedentes a quien los produce, tanto al empleador como a su personal.

Así se apodera de la transvalía del personal de todas las empresas, lo que es equivalente a comerse sus hijos. Y eso me hace acordar a eso de "no comas los frutos del árbol del conocer y decidir" porque es lo peor que puedes hacerle a la especie.
Con la culminación de la segunda guerra se incorporó en el subconciente colectivo la doctrina de los derechos del hombre como panacea, pero curiosamente su creciente adhesión acompaña como fantoche esta degradación moral de la humanidad.

Mi propuesta consiste simplemente entonces en utilizar el dinero del impuesto a los beneficios empresarios para participar al personal propio y de terceros de cada empresa. Ello modificará de tal manera la actitud de los empleados que pasarán a ser una especie de "cónyuge" de su empleador, y entonces contratar personal dejará de ser un peligro para pasar a ser el mejor negocio. Ello acabará con el desempleo a corto plazo, y con todos sus problemas.

Pero se complica difundirla porque hay un obstáculo metafísico: Muy pocos aceptan que componer la sociedad sea una cuestión de dinero. Creen que es una cuestión "moral" o "educativa". Ello es fruto de la degradación humana lograda por la citada doctrina dictatorial. Ha hecho que respondan sólo a sus mitos. Le han extirpado la razón a las mayorías!
Un abrazo y muchas gracias, porque ahora puedo seguir con mi investigaciones sobre una cuarta postura, que sospecho estamos a punto de encontrar.
Néstor

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